CUEVA TINDARAPOS

La tercera cueva en el rio Pihuamo la encontramos gracias a Catalino, un señor que nos visitó en nuestro campamento, saliendo de la oscuridad y que lo descubrimos por la luz de nuestra fogata.rock carvings Nos dijo: "Escuché que ustedes están buscando cuevas" y nos platicó de la tercera cueva en el río al norte de Puerto de Fátima; y que no olvidáramos el detector de metales, por eso de los tesoros.

El dia siguiente, en camino a la cueva, Catalino nos enseñó tres grandes rocas cubiertas con grabados de tiempos pasados. La tercera roca era particularmente interesante porque todas las figuras eran espirales. "Estoy seguro que eso es un mapa y las espirales significan cerros. Pero no podemos comprender donde está el tesoro." Aparentemente a los indios del pasado nunca les han dicho que deberían marcar el lugar del tesoro con una "X".rock carvings

La entrada a la cueva de Catalino es de 2 metros de ancho y un metro y medio de alto. "Esta entrada se llena completamente con agua durante la época de lluvias", nos dijo nuestro guía mientras preparaba su lámpara de cazador de tesoros en su cabeza. Efectivamente, nos enseñaron posteriormente formaciones aparentemente hechas por la caída del agua, fuera de la cueva, donde aparentemente se forma una grande cascada durante el verano. Supimos después que la fuerte caída de agua solo sucede inmediatamente después de una tempestad.

TENAZAS, AGUIJONES Y LODO

Dentro de la cueva encontramos dos "canclos", una versión "cuevera" de unos insectos con tenazas y aguijones negros conocidos como "vinagrillos". "Les decimos 'tindarapos' por aqui", dijo Catalino, y de ahí salió el nombre de la cueva, a pesar de que no se encontraron muchas de esas criaturas de patas larguísimas y aparentemente frágiles, comparando con otras cuevas en áreas semi-tropicales.cjl crawling up rimstone dams

Seguimos caminando por un bonito pasaje, pasando por dos sencillos declives, cada uno por encima de una pequeña alberca. El segundo declive era rodeado por una serie de pequeñas presas hechas de bonitas (y filosas) stalagmitas. El pasaje termina en una pared de stalactitas que bajan a un pozo de 6 metros, con las paredes cubiertas de lodo, muy escurridizo.

Después de un "sabático" año en Arabia Saudita, regresamos a Puerto de Fátima para descobrir que nuestro guía, Catalino, habia sido asesinado en un riña. Tenemos esperanza que en su Camino de Gloria que él ha de estar atravesando en estos momentos, pueda encontrar su tan anhelado tesoro.

Nuestro ánimo ha crecido, y el equipo de exploradores - ahora verdaderamente internacional - incluye a Susy Pint, Nani Ibarra, Luis Rojas y Vicente Loreto, de Mexico; Claudio Chilomer de Brasil; Chris Lloyd de Canadá y John Pint de "gringolandia". cjl en frente laparedEn nuestro primer viaje para seguir la investigación de la cueva mas allá del pozo de 6 metros, utilizamos una escalera de cable para bajarlo. Llegamos a un cuarto suficiente apenas para 3 personas. Había un pequeño pasaje de unos 25 cm de altura, por donde nos exprimimos para llegar a otro salón donde podíamos ponernos de pié. Una rápida exploración nos indicó que estábamos en un laberinto de pasajes, extremadamente lodosos, muchas de esas fisuras naturales. A ese nivel la cueva parecia un enorme reservatorio de agua y podemos imaginar en algún lugar más adelante de dónde estábamos, un maravilloso túnel de kilometros de extensión, conectando la cueva a las montañas distantes.

La exploración de la cueva de los tindarapos empezó durante la primavera de 1996, y fue interrumpida por la temporada de lluvias, una excelente excusa para olvidar por un rato las cuevas formadas por ríos, dándonos tiempo para limpiar nuestros equipos totalmente impregnados de lodo y nos dirigimos a la investigación de los cerros de roca caliza al sudeste de Jalisco, en busca de nuevos pozos sin fondo. Final

Por: John Pint, Photos por J. PintClaudio on ladder

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