Estabamos interesados en buscar los pozos profundos de los cerros calizos arriba del rancho conocido como "Fortín", en el río Pihuamo Edo de Jalisco. El pozo Fortín nos había conectado con el "GRAN SISTEMA".
Estamos seguros que esta abajo en algún lugar, entonces era tiempo de buscar una nueva conexión.
Un día, en Octubre de 1995, Claudio Chilomer, Chris Loyd, Susy Pint, Nani Ibarra y yo, decidimos hechar una mirada, "Antes de ir, porque no le hablamos a Ramon Barajas, de Tecalitlón"?. Yo sugeró, esperando que tuviera tiempo para enseñarnos -al menos- una cueva que había mencionado hace dos años, localizada cerca del camino, entre Tecalitlón y Pihuamo.
Al día siguiente encontramos esperándonos enfrente de unos colmenares cerca de la "Cueva al lado del camino", (famosa por sus pequeños y amigables murcielagos "parlanchines"). El y su hijo nos llevaron entre los exuberantes cerros debajo del pico "La Tigra".
"Este no es el mejor tiempo para buscar un pequeño hoyo que no he visto desde que era un niño", comentó don Ramón blandiendo vigorosamente su machete.
Efectivamente, la vegetación era exuberante y nos topamos con toda clase de guías y plantas que nunca hab!amos visto, incluyendo algunas que cubrían la vereda con delgadas puntas parecidas a cabellos llamadas ajuates ("aguates).
Eventualmente, el blanquecino karst comienza a aflorar, y en un lugar llamado "Puerto Tabaquillo", desparramamos la vista en busca del hoyo. (Fanning out) Rodeados de delgadas espinas y arriba grandes trozos de "rocas espinozas", lo que significa que avanzamos un paso y nos topamos nariz con nariz con lo que parecía una pared impenetrable. "Como en el nombre de Zotz atravezaremos esto?.
(Claudio, however, must have learned a trick or two as a Brazilian Bush Baby for he manages to squeeze a whole two meters into the tangle, whereupon the old Chilomer luck struck again:) -esto si le entendó pero no lo pude explicar-. " Lo encontré, gritó" Claudio".
Practicamente de panza, me arrastré para encontrar a Claudio, llenandome todo de ajuates. Entonces Chris y Susy gritaron desde las profundidades, " olvida el hoyo que encontró" Claudio, Ramón encontró" el verdadero".
Pero, ya me hab!a reunido con Claudio y tenía pocos deseos de hacer un nuevo camino a través de la "jungla". Entonces desescalé hasta lo plano, pocos metros abajo y descubrí que el hoyo que encontró" Claudio sí prometía. Las paredes estaban cubiertas de (flowstone ?) y por un lado estaba (downsloping crawling ?), también había curiosas formaciones sobre la tierra. Estas eran cilíndricas y huecas. Algo parecidas a un tocón de árbol petrificado, pero aparentemente una genuina estalactita de alguna clase.
Chris, mientras tanto, había desescalado el hoyo que encontró don Ramón, estaba gritandonos noticias acerca de una graan camara llena de formaciones.
Claudio y yo no estabamos preparados para darnos por vencidos sobre nuestro hoyo o lo que fuera, aunque estaba tan caliente adentro que pasarla mas tiempo desempañando mis lentes que usándolos.
(about the time Claudio, on belay) había alcanzado el final de la pendiente del pasaje y, estaba escudriñando aquello que parecía un abismo negro, oíamos la voz de Chris que venía desde muy lejos y abajo.
Conexión. Pronto, los tres estabamos estupefactos ante el sorprendente número de formaciones que decoraban esta cueva. Aunque básicamente es un gran cuarto, toma varias horas darle un buen vistazo, a un lado de las dos entradas que habíamos encontrado, había dos "claraboyas" en el techo, una de las cuales podría ser ideal para fotos o algún rappel entre una selva de adorables estalactitas.
Tan lejos como las criaturas van, encontramos algunos grandes canclos (arañas con grandes colas, tan grandes como una mano, con grandes colmillos negros y tenazas parecidas a las de los escorpiones), una chinche hocicona de una pulgada de largo, con una trompa como aguja (que usa para chupar la sangre) y, mas murcielagos parlanchines como los de la Cueva de al lado de la carretera.
Cuando salimos, nos asombramos de ver a Ramón ocupado hablando por teléfono, aparentemente tan a gusto con un Telcel en sus manos con un machete.
Diez minutos después estabamos en la carretera tratando de quitarnos los ajuates y las guinas en un frío y deliciosamente refrescante arroyo, después nos fuimos a nuestras cuevas favoritas cerca del pueblito del Fortín.
En subsecuentes visitas a esta cueva, nos llevó a varios pasajes polvorientos, y todos presentamos síntomas de Histoplasmósis, aŁn yo, que me creía inmune. Para Luis Rojas, era su octavo caso de Histoplasmósis, guía sea la razón por la que sugirió el nombre de "Cuachalalate" para esta cueva, un nombre tan difícil de recordar, (supuestamente referido a un árbol cercano a la entrada de la cueva) que inmediatamente sugiere "olvida este lugar", para los posibles visitantes.
Por: John Pint (Publicado en AMCS Newsletter, No.22, 1997)
nota: Las palabras o frases que están encerradas no las entendí " no pude
darles una traducción lógica - Dracula
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